lunes, 12 de noviembre de 2018

Percepción en Anatheoresis

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Anatheóresis es una psicoterapia perceptiva, dado que se refiere a lo que los sujetos sienten en función de cómo perciben, es decir de como reciben, procesan e interpretan la información que les llega de su entorno. En base a ello, se puede producir una respuesta en forma de alteración psíquica, pero que también puede llegar a somatizar.

Por tanto, anatheóresis reconoce la necesidad de algún tipo de percepción durante el periodo de vida intrauterino. Aunque esa percepción depende del estado ontogénico del sujeto. Grau cimenta su teoría, en la consideración de que existen seis distintos estadios de percepción (EP) -comenzando desde la misma fecundación-, según el desarrollo del sistema nervioso, así como de los distintos ritmos de ondas cerebrales asociados. Según esos estadios, la información es percibida -recibida y representada mentalmente- de diferente forma.

Como observa el neurólogo Karl Pribram, padre de la Teoría Holográfica del Cerebro; "la información no es una propiedad de un hecho único, sino la relación entre ellos, su secuencia, su estructura jerárquica. La información está codificada de alguna manera en esas relaciones y se extrae de ellas". (Pribram y Ramírez, 1980)

En los tres primeros estadios de percepción (estados no ordinarios de conciencia), que abarcan desde la fecundación hasta aproximadamente la época pre- verbal, y sobre todo en la etapa intrauterina, esa información adquiere la forma de representaciones altamente simbólicas.

En este sentido indica Grau: "desde Esquilo a Carl Sagan, pasando por entre otros muchos pensadores, filósofos y científicos, entre ellos Darwin, se ha expresado la sospecha de que -en su proceso ontogénico- el feto vive su realidad en un estado que equivale —o por lo menos se asemeja— a la realidad onírica" (Grau, 1996, pag. 379)

Son numerosos los estudios que inciden en ese aspecto, por ejemplo la psicóloga de la Universidad Johns Hopkins, y una de las principales científicas en el estudio de las relaciones entre madre y feto, Janet DiPietro, indica que el feto experimenta el movimiento ocular rápido (REM) del sueño de los adultos (DiPietro, 2009). A la misma conclusión ha llegado el neonatólogo Carlo Bellieni. (Bellieni, 2006)

Además, estudios realizados por neurocientíficos de la Universidad Friedrich Schiller en Jena (Alemania), parecen haber demostrado que efectivamente soñamos antes de nacer. (CHAOS, 2009)

Pero para anatheóresis, lo fundamental es la capacidad perceptiva en esos periodos, incluyendo el intrauterino. Básicamente en ellos se conformará las bases de lo que más adelante será el individuo, tanto en un sentido orgánico como en el psíquico.

Idea compartida por autores de diversas disciplinas, por ejemplo; el obstetra Michel Odent (Odent, 2008), la psicóloga Wendy Anne McCarty (McCarty, 2008), el psiquiatra Thomas Verny (Verny y Kelly, 2009), el otorrinolaringólogo Alfred Tomatis (Tomatis, 1996), el Dr. Peter W. Nathanielsz (Nathanielsz, 1999), o el biólogo Bruce Lipton (Lipton y Bhaerman, 2010), entre otros muchos.

Bajo esta perspectiva, se ha estudiado la relevancia de los distintos sentidos en el feto. Quizás de los más importantes, sean los referidos a su capacidad de escuchar y procesar esa información.

Un compendio de esos estudios, es el artículo del psiquiatría Bernard Auriol: ''Las aguas primordiales: la vida sonora del feto''(Auriol 2003).

Y clásicos ya, son los trabajos del Dr. Tomatis, que descubrió cómo la voz de la madre influye sobre el desarrollo del futuro recién nacido y condiciona su posible bienestar, exponiendo que "el feto oye desde los primeros meses", o que "la absorción de la voz de la madre es el fenómeno más importante de toda la organización afectiva y emocional". (Tomatis, 1996)
Temática sobre la que incide también, la mencionada DiPietro: "Sabemos que la voz materna es el estímulo externo más destacado para el feto" y que "el feto aprende la entonación del idioma materno" (DiPietro, 2009).

Otro aspecto muy estudiado es la percepción del dolor por parte del feto. El mencionado Dr. Bellieni, expone que el dolor comprobado en el feto es una prueba de su percepción (Bellieni, 2004). Razonamiento que, asimismo, apunta el neonatólogo K. J. S. Anand (Anand, 2006), al igual que la Dra. Antonieta Flores Muñoz en su artículo "Neurofisiología del dolor en el feto y en el recién nacido". Un compendio, con múltiples referencias científicas, acerca de la percepción intrauterina es la Tesis doctoral sobre la "Ciencia del inicio de la vida", de la Dra. Eleanor Madruga Luzes.


Hay que tener en cuenta, que desde la concepción, el ser en desarrollo, tiene capacidad de recoger información de su entorno, y ese entorno es el vientre materno y por tanto su madre. 
El embrión y posteriormente el feto no solo recibe de su madre nutrientes y oxígeno, sino también cualquier otro tipo de información -ya sea física o psíquica que la madre procese- y que le condicionará absolutamente.


Desde los estudios del Dr. Bruce Lipton (Lipton 2007) y los posteriores en Epigenética, se conoce que es la membrana celular y no el núcleo el que rige la vida celular. La membrana celular es capaz, desde el primer momento de la formación de la célula, de intercambiar información con el entorno.

A través de los receptores de la membrana, recibe todo tipo de información que circula por ese entorno y sin lugar a dudas condicionará su posterior desarrollo. Por otra parte hay que indicar que el sistema nervioso humano comienza a formarse aproximadamente en la tercera semana.

Señalar especialmente, las conclusiones del estudio de la Carnegie Task Force on Meeting the Needs of Young Children, Starting Points, de 1994, dependiente de la Carnegie Corporation de Nueva York, que ha resumido 5 aspectos claves acerca del desarrollo del cerebro. (Corrales, 2002):

 -El desarrollo cerebral durante la etapa prenatal y en el primer año de vida es más rápido y extensivo de lo que se creía.

- El desarrollo cerebral es más vulnerable a influencias del entorno de lo que se sospechaba.

- La influencia del entorno en el desarrollo temprano del cerebro es duradera.

-El entorno afecta no sólo el número de neuronas y el número de conexiones entre ellas, sino también la manera en que estas conexiones se "entrelazan".

- El estrés tiene un impacto negativo en el desarrollo cerebral.



Información Emocional en Anatheóresis

Anatheóresis recalca, que esa información psíquica -recogida de su madre por el ser en desarrollo- es básicamente emocional y como tal se procesará.
Para entender el proceso, debemos recurrir al descubrimiento de la Dra. Candace Pert, el receptor de opiáceos, y a los estudios sobre los péptidos. Indica la Dra. Pert, que a dichos receptores se unirán unas determinadas macromoléculas, los péptidos, que son los transportadores de la información.

En función del tipo de péptido, la membrana celular producirá unos determinados efectos y una retroalimentación, lo que condicionará la producción a su vez de otros péptidos que llevarán esa información a otras células en diferentes zonas del organismo.
Señala también, que cada péptido mediatiza un determinado estado emocional, y por tanto son la manifestación bioquímica de las emociones. Significando que las funciones psíquicas y corporales estarían influidas por las emociones, puesto que en la mayoría, si no en todas, intervienen los péptidos. Este proceso a su vez implica que hay una red psicosomática, que engloba a los sistemas nervioso, endocrino e inmunológico y que se extiende a lo largo y ancho de todo el organismo. (Pert, 1999)

Al respecto señala la Dra. Pert:

"Las emociones son el contenido informacional, que es intercambiado vía la red psicosomática, con los órganos, células y sistemas que participan en el proceso. 
Así como la información, las emociones viajan en dos realidades: la de la mente y el cuerpo, como péptido y receptores en la realidad física y como sentimientos y emociones en el plano no material."


Actualmente se trabaja con las 60 o 70 macromoléculas que componen el grupo de péptidos, bajo la hipótesis de que cada uno de ellos pueda despertar un determinado estado emocional, por lo que podrían constituir un lenguaje bioquímico emocional universal.

Por tanto, si los péptidos contienen la información codificada de las emociones, y el trasvase de información se realiza a través de la membrana celular, no hay nada que impida que toda la información que circula por el organismo de la madre, sea captada desde el mismo instante de la fecundación, por ese organismo en desarrollo dentro del vientre materno. Eso implicará que cualquier actividad, sea psíquica o física de la madre, puede ser recogida y procesada de forma emocional por el nonato.

Pero si dicha información proviene de un impacto emocional agudo o, aunque sea de menor potencia, se mantiene en el tiempo, posibilitará que si se siguen  produciendo más impactos emocionalmente análogos a lo largo de la vida del sujeto, finalmente podrían somatizar en distintas disfunciones tanto psíquicas como físicas.

Básicamente lo que ocurre, es que dicha información, recogida, procesada y la respuesta consiguiente, se convertirán a lo largo del tiempo en una creencia, generalmente inconsciente, para nuestro cuerpo y mente.

Joseph LeDoux, una de las principales autoridades mundiales en neurofisiología de la emoción, catedrático de la Universidad de Nueva York, e investigador de la lateralidad cerebral, incide en la dimensión funcional y biológica de las emociones, acentuando su decisiva influencia en la conducta humana. (Leroux, 1999)

También desde la Biología celular se incide en este tema, exponiendo en su obra el Dr. Bruce Lipton, que el pensamiento y las creencias son absolutamente determinantes en la salud. (Lipton, 2007)

Igualmente destacar al Dr. David Servan-Schreiber, que demostró con su estudio científico que "los sucesos dolorosos dejan una profunda marca en nuestros cerebros", que "los trastornos emocionales…, fruto en muchas ocasiones de dolorosas experiencias vividas en el pasado", y que además indica, que no se puede separar el estado físico y el estado mental. (Servan-Schreiber, 2005)

No podemos olvidar, los estudios sobre la Inteligencia Emocional y su relación con la salud. Un exponente, por la repercusión mediática obtenida y la cantidad de referencias científicas, sea quizás el libro de Daniel Goleman, Inteligencia emocional. (Goleman, 2001)

Es decir, ante uno nuevo, si en el pasado se produjo un impacto análogo, la respuesta inmediata será la que desarrolló en el trauma original y siguientes, y si esa respuesta es dañina para el organismo, generalmente en forma de estrés, ansiedad, etc. (inyecta de hormonas estresantes, inhibición del Sistema Inmunológico, etc.), también lo será en el momento del impacto final, y cuanto mayor sea, mayor repercusión negativa tendrá en el organismo.

Pero además, Anatheóresis indica que lo análogo se atrae, por ello nuestro inconsciente creará los mecanismos necesarios para que las emociones pasadas se puedan repetir -dado que se ha convertido en una creencia-, incluso si éstas son dañinas para nuestro organismo o nuestra psique.

Hay que tener en cuenta que la información que emplea y procesa nuestro cerebro es básicamente inconsciente, de hecho más del 95%.
Por tanto, cuando una emoción -que como hemos indicado anteriormente está asociada a un neuropéptido- se repite en el tiempo, o la emoción ha sido de tal intensidad que el cuerpo se ha llenado de esas macromoléculas, las células pueden volverse adictas a ese mismo neuropéptido.

El mecanismo es el mismo que en la drogadicción. Bajo la perspectiva de la inseparabilidad mente cuerpo -con un flujo de información en ambas direcciones- sería posible, que inconscientemente, la mente haga los ajustes necesarios para poder generar determinados neuropéptidos -reclamados por las células-, lo que implica sentir esa misma emoción.


Fuente: J.GRAU PSICOPERCEPCION




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