Anatheóresis es una Psicoterapia Perceptiva, pues trabaja a
nivel psíquico con la información que el sujeto recibe, procesa e interpreta.
Pero considera que la manera de percibir esa información, será diferente en
función del desarrollo ontogénico, y
por ello, divide esa capacidad en seis niveles distintos, a los que llama Estadios de Percepción (EP), que están
íntimamente ligados a la génesis y maduración de los distintos ritmos de ondas cerebrales y por ende
al desarrollo cerebral.
Explica Anatheóresis,
que toda enfermedad es la manifestación de una sintomatología, causada por la actualización analógica de daños
emocionales ocasionados por hechos acaecidos en los cuatro primeros EP, que
abarcan todo el periodo intrauterino, el parto y la niñez, desde el nacimiento
hasta los 7 a 12 años aproximadamente, momento en que los ritmos de ondas beta
empiezan a ser predominantes.
Precisa, que la mayor
parte de los daños emocionales se originan en esos estadios, porque hasta la
edad de 7 a 12 años, no se produce la maduración del Hemisferio izquierdo (HI)
del cerebro y de sus ondas cerebrales asociadas (ondas beta) y, por tanto, el
sujeto vive fundamentalmente bajo las características del Hemisferio derecho
(HD) y de sus propios ritmos (delta, theta y alfa), principalmente de sus
cualidades holísticas, evocadoras de simbología, emocionales, analógicas, etc.
A partir de esa
etapa, se imponen las cualidades del HI: causal, dual, analítico, razonador,
unidimensional, etc. Cuando tenemos ondas beta maduras, percibimos un mundo exterior
a nosotros, pero hasta ese momento no hay una clara división dentro-fuera, todo
somos nosotros. Pero el imponerse el HI y gobernar bajo sus cualidades,
conlleva un efecto demoledor, puesto que oculta en gran medida los
acontecimientos ocurridos y sus emociones asociadas, durante el predominio de
las características del HD y de sus ondas cerebrales asociadas.
Por ello, la mayoría
de los impactos emocionales vividos hasta ese tiempo, quedan encerrados y
supuestamente olvidados, creando un sustrato emocional en forma de
embolsamientos altamente energéticos que en un futuro pueden estallar y
somatizar.
Y es en esos momentos
cuando aparece el yo, precisamente formado en ese intervalo que abarca todo el
EP4, desde los dos años aproximadamente hasta los 7 a 12 años. Un yo también
mediatizado, por todos esos impactos y por los procesos de identificación del
niño. Identificaciones formadas a través de la percepción analógica del HD que
hasta esas edades ha dominado. Un yo que conduce en última instancia, a la separación
de la totalidad en la que había vivido el sujeto hasta esa edad.
Por todo ello,
considera Anatheóresis, que la enfermedad básicamente proviene de la no
aceptación de la lateralización de nuestra mente, es decir del enfrentamiento
HI y HD.
La
enfermedad es desarmonía y su cura supone la sincronización de los hemisferios.
Por eso, estima la necesidad de intervenir en esa mente dicótoma, que implica
la distinta percepción y concepción del mundo en las etapas intrauterina,
preverbal e infantil y en la de adulto, para así poder recrear una armonización
entre esos dos universos.
A su vez indica, que
los impactos emocionales pueden ser de tipo gratificante, Impacto Analógico
Gratificante (IAG) o traumáticos Impacto Analógico Traumático (IAT), y ambos
forman por analogía cúmulos. Los Cúmulos Analógicos Gratificantes (CAG),
formados por IAG´s y los Cúmulos Analógicos Traumáticos (CAT), formados por
IAT´s.
También precisa
Anatheóresis, que todos esos impactos —traumáticos y gratificantes— conforman
la Biografía Oculta (BO) del sujeto, que condicionará y conformará su
personalidad, pensamiento, tendencias sexuales, su capacidad de acción y
elección, etc., es decir, toda su vida. Y son precisamente los IAT´s y CAT´s, los
que pueden actualizarse analógicamente mediante una activación patológica,
proceso llamado Actualización Patológica (AP), formando lo que conocemos como
enfermedad.
También es posible
que en ciertos casos, un CAG muy intenso pueda dañarnos, normalmente cuando
existe gran cantidad de CAT´s y pocos CAG´s, fundamentalmente porque dirige
nuestras motivaciones, y por tanto, el sujeto sigue sin tener una auténtica
libertad de pensamiento, acción y elección.
Para resolver esas
enfermedades o disfunciones, Anatheóresis estima, que hay que sacar a la luz
los CAT´s y, en algunos casos, los CAG´s que las han generado. Es decir, hay
que enfrentar la conciencia del sujeto con el origen primario de su
somatización.
Para ello, y
previamente a efectuar la sesión, hay que indagar las manifestaciones
emocionales del sujeto en relación a su disfunción, enfermedad y
fundamentalmente con su AP. Fundamental en este último caso, porque conocerlas
no solo permite intuir su etiología emocional, sino que permite utilizarlo como
hilo conductor (Anatheóresis lo describe como el Hilo de Ariadna del mito del
Minotauro) hasta el CAT origen actualizado y activado patológicamente.
Posteriormente, y
para realizar la función terapéutica, se induce en el sujeto un estado no
ordinario de conciencia, llevándolo mediante relajación profunda a la banda
inferior de ritmos de ondas theta (unos 4 Hertzios). Anatheóresis lo denomina
como Inducción al Estado Regresivo Anatheorético (IERA). También explica que,
al inducir el IERA en el sujeto, se produce un estado mental más libre, más
infantil, caracterizado por imágenes mentales espontáneas e intensas, y un
pensamiento creativo e imaginativo, a la vez que una sincronización de los dos
hemisferios, al igual que ocurre en la meditación.
En dicho estado,
además, el sujeto no pierde la conciencia y no se produce amnesia
posthipnótica, como sí ocurre en la hipnosis profunda. Por tanto, la persona es
consciente en todo momento y puede salir de la sesión cuando quiera. Para saber
si el sujeto se encuentra realmente en un adecuado IERA, se observa que no
hable en pasado o futuro, no utilice conceptos y no busque finalidades, es
decir, no estará en IERA si utiliza el lenguaje de su HI.
Seguidamente, se
inducen las manifestaciones emocionales en el sujeto que posibiliten efectuar
una regresión por analogía con dichas emociones, es decir se utilizan como Hilo
de Ariadna. Hay que precisar que esa regresión, lo es, no en el sentido clásico
de las terapias regresivas a vidas pasadas (Brian Weiss, Raymond Moody, etc.),
sino en su definición psicológica, hacer retroceder mentalmente al sujeto a
etapas anteriores en su vida (regresión de edad según Michael Yapko). Y
principalmente, se trata de indagar en su BO los CAT´s que han conformado su enfermedad
o disfunción.
Para poder efectuar
dicha indagación, Anatheóresis se sirve en IERA, de una serie de técnicas
relativamente simples (en algunas es fundamental tener un claro Hilo de
Ariadna), de estrategias mucho más elaboradas —basadas en escenografías
arquetípicas y simbólicas— y de un concreto y muy preciso diálogo con el
sujeto, en el que hay que evitar ante todo las cualidades del HI —razonamiento,
análisis, causalidad, etc.— y que se denomina Dialéctica Anatheorética (DA).
Pero hay que señalar, que inducida la relajación IERA, la actitud emocional y
algunas escenografías, sólo el sujeto es el que guía a las situaciones reales y
concretas de su pasado.
Con esas técnicas,
estrategias y diálogo, además de encontrar los daños, se trata principalmente
de actualizarlos, es decir, sacarlos a la luz del discernimiento del sujeto,
pero de forma ordenada y no explosiva. Es lo que llama Actualización
Anatheorética (AA), en contraposición a la AP que se produce al actualizarse y
estallar los daños de forma incontrolada. Y considera Anatheóresis, que dicha
AA es la forma de disolver los CAT´s que enferman al sujeto, o que en un futuro
pudieran enfermarlo.
Pero hay que tener en
cuenta que el sujeto no sólo debe visualizar las situaciones y hechos que
conforman esos CAT´s, sino que debe vivenciarlos,
es decir, verlos y sentirlos.
También incide en el
hecho de que no siempre aparecen las situaciones tal y como se produjeron en su
día, sino que pueden emerger distorsionadas, disfrazadas o transformadas, ya
sean los hechos en sí mismos o las personas que intervienen en ellos, dado que
al indagar en su BO, estamos en unos EP, en los que tales hechos son percibidos
en forma altamente emotiva y subjetiva. Es lo que llama Anatheóresis, Verdad Sentida, una verdad asumida por
el sujeto que puede dañarlo, aunque dicha Verdad Sentida puede y debe ser
transformada en hechos reales.
Igualmente ocurre
cuando el sujeto evoca símbolos, dado que en esos primeros EP (sobre todo hasta
la época preverbal), los hechos son percibidos como representaciones altamente
simbólicas. No obstante, también pueden y deben ser transformados en hechos
concretos y reales, que corresponden a las emociones de las que esos símbolos —y
su sintaxis mitológica— son expresión. Pero hay que precisar, que la
transformación de esos símbolos, al igual que en las Verdades Sentidas, solo
debe efectuarla el sujeto, puesto que esos símbolos son imágenes analógicas de
las situaciones y personas concretas, construidas en esos primeros EP.
Básicamente,
lo que se realiza por tanto según Anatheóresis, es una sincronización de los
hemisferios cerebrales, en el que a través del HD se exhuman los daños
emocionales que nos enferman y mediante el HI se produce una comprensión
profunda de las causas de esos daños. Pero dicha
comprensión para Anatheóresis, es mucho más que entender de forma mental y
razonada, sino metabolizando lo entendido, es saber cómo conocimiento profundo
y es empatizar consigo mismo.
En muchas ocasiones,
además, es preciso efectuar una rehabilitación de las actitudes mentales
patológicas, generadas por los hechos concretos traumáticos, puesto que dichas
actitudes —que en general han sido muy duraderas en el tiempo— no quedan
subsanadas por la simple comprensión. Dicha rehabilitación se efectúa
induciendo una conversión psíquica, es lo que llama Anatheóresis, Conversión de
Vectores Patológicos (CVP).
Pero la CVP, en primer
lugar, debe efectuarse en tanto en cuanto se haya producido ya la comprensión,
porque la CVP es precisamente una afirmación de esa comprensión.
En segundo lugar,
debe respetar el orden natural, no se puede realizar una conversión de un hecho
si no es acorde a la naturaleza. Por ejemplo, a un sujeto nacido por cesárea, y
ya consciente del daño emocional que eso le produjo, se le puede inducir a que
nazca por el conducto vaginal, pero no a que nazca en el interior de un huevo.
También hay que
indicar, que se puede emplear en ocasiones la regresión a vidas pasadas,
señalando que, para Anatheórsis, no es otra cosa que una proyección simbólica
de los contenidos emocionales. Pero no entra a valorar la validez de tales
proyecciones, aunque sí reconoce la atmósfera emocional que conllevan y por
ello se pueden utilizar como test y como estrategia escenográfica.
Por último,
Anatheóresis emplea algunas estrategias específicas para comprobar el avance de
la terapia, y entre ellas destaca, El ascenso a la Pirámide, sesión que se
realiza, si todo se ha desarrollado correctamente y se entiende que el sujeto
ha superado sus problemas, y suele ser además, la última sesión. Con ella se
puede comprobar si el paciente ha logrado armonizar suficientemente sus dos
hemisferios, superando los daños que le afectan, e incluso es una estrategia en
la que a veces se producen, en algunos casos manifestaciones de “vacío”
equiparables al Tao y en otros, expansiones de conciencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario