sábado, 23 de diciembre de 2017

Inducción al Estado Regresivo Anatheorético (IERA)


IERA (Inducción al Estado Regresivo Anatheorético) es una relajación simple pero  profunda en la que induce los ritmos theta  para realizar las sesiones regresivas.

La diferencia fundamental entre el método empleado por anatheóresis y el que emplea la hipnosis en general, es que el paciente no pierde la consciencia en ningún momento —por tanto puede salir cuando quiera de dicho estado— y además no genera amnesia posthipnótica.

Dicho estado se consigue mediante una relajación profunda, al llevar al sujeto, a la banda de ondas cerebrales theta. Banda relacionada esencialmente con el Hipocampo (Sistema Límbico), y por tanto con la mente emocional.

Los estados con ritmos theta en la vida de un adulto, solo se producen naturalmente en la transición entre el sueño y la vigilia y entre el ciclo dormir-soñar.

El estado hipnagógico cuando vamos a dormirnos y al comienzo del ciclo dormir-soñar y el estado hipnopómpico cuando estamos despertando y al final del ciclo dormir-soñar.

Al situar al sujeto en dicho estado, se consigue fundamentalmente que se produzca una sincronización hemisférica.

Esta sincronización,  es esencial para poder buscar y sacar a la luz de la conciencia, aquello que le dañó en su día, y que le sigue dañando en la actualidad.
En dicho estado, el sujeto, no solo es capaz de visualizar, sino de vivenciar -ver y sentir- las situaciones que le provocaron los impactos traumáticos.

Los Drs. Elmer Green (descubridor del biofeedback) y Alice Green, encontraron que la banda theta, está asociada a un estado profundamente interiorizado con un aquietamiento del cuerpo, permitiendo entonces que imágenes o eventos emerjan a la conciencia en forma de memoria hipnagógica. (Green, 1989)

Básicamente lo que se produce es un estado de relax, de pasividad tranquila,  de no pensar. Este estado de conciencia abierta, contemplativa, que  permite ver sin estar centrado en un punto determinado.  Y  un estado de concentración, cuando surge algo que el sujeto interpreta como decisivo, donde concentra toda su atención y energía.

Las ondas Theta, son las que se encuentra en los estados de meditación (hay estudios hechos en yoguis, meditadores muy experimentados con más de 30 años de práctica, que logran entrar en la banda theta,  en un estado altamente gratificante, con una mente mucho más clara, más creativa, más abierta y enlazada al inconsciente).

En dicho estado, el sujeto no pierde la conciencia, por lo que su mente racional sigue activa aunque muy atenuada, lo que es necesario para poder procesar, que las emociones implicadas en las situaciones anteriores, son análogas a las que sufre en el presente y que finalmente son las que le producen las distintas disfunciones.

Básicamente lo que se ocurre en dicha situación, es una armonización hemisférica, donde lo emocional surge y lo racional comprende. Comprendiendo de forma visceral, metabolizando lo entendido, sintiéndolo.

Comprender, en definitiva, es saber -sintiéndolo con la mente y con el cuerpo-, siendo ya eso que se ha comprendido. Joaquín Grau

El psiquiatra Charles Stroebel, descubridor de la sincronización cerebral., constató que nuestro cerebro enfoca las tareas cotidianas funcionando con un cerebro lateralizado, y así percibimos la realidad de forma escindida, pero al alcanzar el estado de sincronización, usamos el potencial de los hemisferios unificados, lo que supone una mayor capacidad cerebral, una visión distinta del mundo y la apertura de una forma diferente de pensamiento. (Stroebel, 1983)

No existe hipnosis profunda, por tanto nada se le impone a la persona, ni este genera amnesia poshipnótica -esencial en la terapia anatheorética-, puesto que es primordial que la persona reconozca a la luz de la conciencia, los impactos traumáticos emocionales inducidos por las situaciones concretas que ocurrieron en su vida.

También es necesario que el paciente no pierda la conciencia, porque el terapeuta debe mantener con él un diálogo  Anatheorético, que es un dialogo con la mente emocional del paciente, respetando las caracteristicas del hemisferio derecho.




Libro ''Tratado teórico-práctico de anatheóresis. Las claves de la enfermedad'' (J.Grau, 1996).



viernes, 1 de diciembre de 2017

Sobre Anatheóresis


El término Anatheóresis etimológicamente significa: Mirar hacia atrás contemplando el pasado y exhumarlo, traerlo al presente, comprendiendo.

Joaquín Grau —el creador de la terapia— la denominó así, para diferenciarla de otras técnicas hipnóticas regresivas, ya que considera Anatheóresis como todo un cuerpo doctrinal basado en la experiencia clínica y en postulados científicos, no en lucubraciones, y no incluye creencias ni doctrinas metafísicas.

Toda su teoría y práctica está plasmada en su libro Tratado Teórico-Práctico de Anatheóresis. Las claves de la enfermedad.

Anatheóresis es una psicoterapia de carácter perceptivo que considera toda enfermedad como una disfunción física o psíquica de origen emocional. 

Tiene sus fundamentos en los distintos ritmos cerebrales que condicionan nuestra percepción en el transcurso de nuestras fases de crecimiento, hasta los siete a doce años, en que la frecuencia cerebral es ya de ritmos betas maduros.

Realiza su labor terapéutica induciendo, mediante una relajación simple pero profunda, y sin la administración de drogas ni empleando aparataje electrónico, un estado mental no ordinario de conciencia llamado IERA, en el que, a través de regresión de edad, se indaga por analogía —con la situación emocional del sujeto respecto a su disfunción— en la conciencia oculta, los daños emocionales originados fundamentalmente en el periodo intrauterino, en el parto y en la niñez, desde el nacimiento hasta los 7 a 12 años aproximadamente.

Anatheóresis permite al paciente revivir las causas emocionales profundas que alimentan sus daños físicos y psíquicos. Casi siempre daños que tienen sus raíces en el transcurso de la gestación y/o en el nacimiento. 

Esos daños, que a lo largo de su vida se han transformado en disfunciones físicas o psíquicas, al salir a la luz de la conciencia mediante la sincronización de los hemisferios cerebrales, el derecho con su capacidad de vivenciar —ver y sentir— los hechos causantes de esos daños emocionales y el izquierdo con la comprensión de las causas de esa sintomatología producida por ellos —somatización—, posibilita que se disuelvan dichos efectos y por tanto la enfermedad.

De la eficacia de Anatheóresis se ha dicho que es “la más revolucionaria aportación en la búsqueda de una nueva forma de entender la medicina”.

La teoría en que se sustenta Anatheóresis, está siendo ahora respaldada por los últimos descubrimientos de la Neurociencia y por las más recientes tesis de la Psicología Transpersonal.


¿Cómo actúa Anatheóresis?

Por ser una Terapia Psicológica, Anatheóresis no utiliza fármacos. Se sirve tan sólo de un estado de conciencia especial denominado IERA (Inducción al Estado Regresivo Anatheorético), que equivale a una simple relajación en la que el paciente no pierde la conciencia. Por el contrario, se mantiene perfectamente lúcido, siendo en todo momento dueño de sus actos. 

La respuesta es que con la relajación IERA, así como con una dialéctica paciente-anatheorólogo de claves también especiales, se puede acceder a la zona abisal de la conciencia y hacer que el paciente vivencie su biografía oculta -sus daños/CATs- para que así, extrayéndolos de la oscuridad de los ritmos bajos cerebrales donde se han formado y donde se encuentran, se hagan presentes en la zona luminosa -o sea, capaz de discernir- de los ritmos altos beta. 

Y así, al vivenciarlos y comprenderlos se disuelven. Aunque a veces es preciso un complemento terapéutico de conversión de esos CATs ya comprendidos.

De hecho la comprensión, que no es un simple entender, se produce cuando los dos hemisferios cerebrales que todos tenemos lateralizados -casi enfrentados uno contra el otro, siendo uno el de los ritmos bajos y el otro el de los ritmos altos-, se sincronizan en fase. Y esto es lo que permite la comprensión, siendo la comprensión una toma profunda de conciencia de nosotros mismos. Algo que nada tiene de misterioso y que ahora la neurociencia conoce ya muy bien.

Comprender en anatheóresis no es entender. La palabra entender surge del mismo HCI (hemisferio hizquierdo) que nos impulsa a combatir.

Entender es un puro ejercicio mental exteriorizador, es un efecto pantalla toda vez que no exige un cambio interno en el que entiende.

En tanto que comprender es entender de forma visceral, metabolizando lo entendido, sintiéndolo como algo encarnado en nosotros. Entender es conocimiento, ciencia. Comprender es sabiduría.

Comprender, es saber –sabiéndolo con mente y con cuerpo–, siendo ya eso que se ha comprendido. Y eso es liberación.

En anatheóresis es fundamental comprender –no entender– qué es comprensión.


¿Por qué es eficaz? 

El estado IERA, aun siendo una simple relajación, supone, no obstante, una inmersión a un nivel de conciencia –concretamente a 4 hertzios- que permite borrar en el enfermo –mediante el diálogo adecuado- las causas remotas y originarias de su enfermedad. De ahí que Anatheóresis no sólo sea sumamente válida en todo tipo de enfermedades, sino que también es una Psicoterapia especialmente rápida. 


¿Comporta algún peligro esta terapia? 

En absoluto. La terapia Anatheóresis no utiliza fármacos y ni siquiera induce a una hipnosis profunda. Todo se reduce a un diálogo con vivencias que, aun reproduciendo emocionalmente los daños nucleares y los que siguieron a éstos hasta los siete a doce años, no por ello reproduce las alteraciones fisiológicas que en su día pudieron provocar esos daños. Al contrario, Anatheóresis es una terapia altamente gratificante. 


¿En qué se diferencia Anatheóresis de las restantes técnicas regresivas? 

Anatheóresis es una técnica regresiva en la medida en que busca en los acontecimientos traumáticos –también gratificantes- acaecidos al paciente en su fase de nonato, perinato, así como en la infancia hasta los siete a doce años, pero Anatheóresis, en el resto de su terapéutica es totalmente genuina. Y esto porque aun buceando en el pasado del paciente Anatheóresis es una terapia distinta. Anatheóresis es una Terapia Perceptiva. La única terapia auténticamente perceptiva existente. 

Anatheóresis apoya sus postulados terapéuticos en las distintas formas de percibir. Distingue especialmente la percepción analógica que corresponde al hemisferio cerebral derecho de la percepción causal que caracteriza al hemisferio cerebral izquierdo. Y tiene en cuenta que todo humano carece de esa percepción causal en su fase de nonato y no la tiene madura en la infancia. 

De ahí que la Terapia Anatheorética, exija de los terapeutas una forma analógica de dialogar con el paciente. Un paciente que se encuentra en un estado peculiar. En un estado que Joaquín Grau, creador de la terapia Anatheóresis, denomina Inducción al Estado Regresivo Anatheorético (IERA), un estado en el que el paciente está simplemente relajado, en el que nunca pierde la conciencia como ocurre en una hipnosis profunda, pero en un estado en el que revive las vivencias –siempre ciertas- sufridas o disfrutadas cuando se encontraba en el claustro materno, al nacer y en las infancias, fases de la vida en que se producen los impactos que luego serán enfermedad. 


¿Incide en las vidas anteriores? 

Anatheóresis es una Terapia basada en los más actuales principios neurológicos. En absoluto recurre a creencias que pueden o no ser ciertas, pero que no son demostrables. Es más, la Técnica Anatheorética muestra la no fiabilidad de cuanto se considera son pruebas de que esas vidas anteriores existen. 


¿Cómo es una sesión de Anatheóresis? 

Su duración no es inferior a una hora y media. Y si exceptuamos la primera sesión, en que hay una larga entrevista con el terapeuta en vigilia y luego se somete al paciente, ya en IERA, a un anatheorético Test de Grandes Símbolos con resultados altamente significativos para la marcha de la terapia, las restantes sesiones se inician con una dilatada charla paciente-terapeuta en vigilia a la que le sigue la sesión en el estada IERA, buceando en los daños del paciente para irlos disolviendo mediante estrategias propias de la Terapia Anatheóresis. 

Por lo demás, no se trata de una terapia larga. Las sesiones son semanales y pocas veces la terapia se dilata más allá de veinte sesiones. Siendo, por el contrario, a veces menos el número de sesiones. 

Debes saber que Anatheóresis no cura enfermedades sino que cura enfermos. De ahí que cada paciente es una biografía personal que debe tratarse individualmente. 


¿Cómo se forman los daños/CATS? 

Desde que somos concebidos nuestros órganos de percepción van pasando por distintas fases hasta alcanzar los ritmos cerebrales beta maduros. 

Así, en una primera fase, vamos ascendiendo perceptivamente desde una memoria prácticamente celular hasta el mundo altamente emotivo y con lenguaje simbólico de los ritmos cerebrales theta. Y desde el cigoto hasta esos ritmos theta nuestro mundo es subjetivo, nosotros somos el mundo, un espejismo que se rompe al pasar de los ritmos theta -que marcan la frontera de los ritmos lentos o bajos- a los ritmos beta, que son los que crean la objetividad. 

Así pues, los daños que vamos recibiendo desde el momento de ser concebidos -daños emocionales que nos llegan de la madre, aun cuando sea otro el causante- se integran en nuestro mundo subjetivo de ritmos bajos. E integramos también las respuestas reflejas de defensa que creamos ante ellos. 

Los daños que recibimos pueden ser múltiples: rechazo continuado de la madre al saberse embarazada, tristeza, agobio, miedo, etc. también continuados de la madre por razones que pueden ser ajenas al embarazo, disputas matrimoniales, un parto patológico o simplemente daños por anestesia, por pérdida prematura de agua amniótica, por inmovilizaciones del feto en el conducto de nacimiento, sentimiento de soledad del bebé en la cuna, etc. Y estos son los daños -lo que yo denomino Cúmulos Analógicos Traumáticos (CATs)- que al llegar a los indicados siete a doce años el ritmo beta de vigilia sumerge en la banda baja de nuestra percepción “olvidándolos”, lo que no significa que dejen de existir. Porque esos daños, desde su infierno de oscuridad viva, forman el guión que luego, ya adultos, seguimos interpretando y esa oscuridad viva, esa biografía ahora oculta que contiene nuestra topografía de daños -que son la raíz de nuestras enfermedades- es la que en un momento dado puede estallar somatizando. Y a esa somatización, es a lo que se le llama enfermedad. (J. Grau) 


¿Tiene contraindicaciones? 

En cuanto a las contraindicaciones, diremos que Anatheóresis nunca daña, lo que puede suceder es no resolver el síntoma…. Pero si el anatheorólogo es experimentado, puede acompañar al paciente a sanar.


¿Qué Cura?

Aun cuando Anatheóresis es una Psicoterapia, señala que su eficacia va más allá de los llamados trastornos psicológicos. Entiende que la enfermedad no es su sintomatología, y que, en definitiva, no cura enfermedades, sino que cura a enfermos.

De ahí que cada paciente es una biografía que debe considerarse de acuerdo con su contenido singular. Considera la mente como un todo con el cuerpo y por tanto lo condiciona en todo momento, no hay enfermedad puntual y concreta. Por ello, Anatheóresis, considera que su terapia debe dirigirse directamente al sujeto, puesto que él es la enfermedad, y no a la enfermedad en sí, que no es más que la sintomatología de su situación patológica-emocional profunda.

Por tanto, Anatheóresis no indica que cura todo, pero sí que puede curar todo, y ello, en función de que el sujeto esté dispuesto a intentarlo. Sus limitaciones solo vienen impuestas por la predisposición del sujeto sometido a ella y de la propia capacidad del terapeuta.

Las personas con tratamientos de algunos psicofármacos, pueden tener problemas para poder efectuar la terapia, tanto para alcanzar el estado IERA, como a la hora de poder vivenciar. A destacar los antipsicóticos, los antiepilépticos, y los ansiolíticos y antidepresivos cuando van asociados a los dos primeros. 



Fuentes: 

https://www.anatheoresismadrid.com/

Tratado Teórico y Práctico de Anatheóresis (Joaquin Grau)



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