miércoles, 27 de junio de 2018

Atención Terapéutica


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En el Centro Elim (Roquetas de Mar- Almería) efectuamos tratamiento terapéutico anatheorético a las personas interesadas en recibir la terapia indistintamente de la dolencia que padezca.
Anatheóresis no cura enfermedades, sino que cura a enfermos. De ahí que cada paciente es una biografía que debe tratarse individualmente. Tu caso eres Tú, porque Tú eres tu enfermedad. Por ello,  es preciso hablar contigo,  no con tu enfermedad -que es lo que suele hacerse- para conocer tu caso.


Algunas características inherentes a la técnica Anatheorética:

   - Por ser una terapia psicológica, Anatheóresis no utiliza fármacos. Se sirve tan sólo de un estado de conciencia especial denominado IERA (Inducción al Estado Regresivo Anatheorético), que equivale a una simple relajación en la que el paciente no pierde la conciencia. Por el contrario, se mantiene perfectamente lúcido, siendo en todo momento dueño de sus actos.

   -  Su duración no es inferior a una hora y media. Y si exceptuamos la primera sesión, en que hay una larga entrevista con el terapeuta en vigilia y luego se somete al paciente, ya en IERA, a un anatheorético Test de Grandes Símbolos con resultados altamente significativos para la marcha de la terapia, las restantes sesiones se inician con una dilatada charla paciente-terapeuta en vigilia a la que sigue la sesión en el estado IERA, buceando en los daños del paciente para irlos disolviendo mediante estrategias propias de la terapia Anatheóresis. Por lo demás no se trata de una terapia larga.
Las sesiones son semanales.


¿Cómo actúa?

Con la relajación especial  (IERA), así como con una dialéctica paciente-anatheorólogo de claves también especiales, se puede acceder a la zona abisal de la conciencia y hacer que el paciente vivencie su biografía oculta (sus daños/CATs) para que así, extrayéndolos de la oscuridad de los ritmos bajos cerebrales donde se han formado y donde se encuentran, se hagan presentes en la zona luminosa -o sea, capaz de discernir- de los ritmos altos beta. Y así, al vivenciarlos y comprenderlos se disuelven. Aunque a veces es preciso un complemento terapéutico de conversión de esos CATs ya comprendidos. 
De hecho la comprensión, que no es un simple entender, se produce cuando los dos hemisferios cerebrales que todos tenemos lateralizados -casi enfrentados uno contra el otro, siendo uno el de los ritmos bajos y el otro el de los ritmos altos-, se sincronizan en fase. Y esto es lo que permite la comprensión, siendo la comprensión una toma profunda de conciencia de nosotros mismos. Algo que nada tiene de misterioso y que ahora la neurociencia conoce ya muy bien.


¿Cómo se forman los daños/CATS?

Desde que somos concebidos nuestros órganos de percepción van pasando por distintas fases hasta alcanzar los ritmos cerebrales beta maduros. Así, en una primera fase, vamos ascendiendo perceptivamente desde una memoria prácticamente celular hasta el mundo altamente emotivo y con lenguaje simbólico de los ritmos cerebrales theta. Y desde el cigoto hasta esos ritmos theta nuestro mundo es subjetivo, nosotros somos el mundo, un espejismo que se rompe al pasar de los ritmos theta -que marcan la frontera de los ritmos lentos o bajos- a los ritmos beta, que son los que crean la objetividad.

Así pues, los daños que vamos recibiendo desde el momento de ser concebidos -daños emocionales que nos llegan de la madre, aun cuando sea otro el causante- se integran en nuestro mundo subjetivo de ritmos bajos. E integramos también las respuestas reflejas de defensa que creamos ante ellos. Y los daños que recibimos pueden ser múltiples: rechazo continuado de la madre al saberse embarazada, tristeza, agobio, etc., también continuados de la madre por razones que pueden ser ajenas al embarazo, disputas matrimoniales, un parto patológico o simplemente daños por anestesia, por pérdida prematura de agua amniótica, por inmovilizaciones del feto en el conducto de nacimiento, sentimiento de soledad del bebé en la cuna, etc. Y estos son los daños -Cúmulos Analógicos Traumáticos (CATs)- que al llegar a los indicados siete a doce años el ritmo beta de vigilia sumerge en la banda baja de nuestra percepción “olvidándolos”, lo que no significa que dejen de existir. Porque esos daños, desde su infierno de oscuridad viva, forman el guión que luego, ya adultos, seguimos interpretando y esa oscuridad viva, esa biografía ahora oculta que contiene nuestra topografía de daños -que son la raíz de nuestras enfermedades- es la que en un momento dado puede estallar somatizando. Y a esa somatización, es a lo que se le llama enfermedad. (Joaquín Grau- Anathéoresis Madrid))


En cuanto a las contraindicaciones, diremos que Anatheóresis nunca daña, pero un anatheorólogo poco experimentado sí puede dañar no sanando al enfermo, en tanto que otro anatheorólogo experimentado sí habría sanado.




Consultas Presenciales /  Consultas  por Skype


                         Juana Ma. Martínez Camacho

                                       Terapeuta Transpersonal
                                (Escuela Española de Desarrollo Transpersonal)
                             Especialista en Bioneuroemoción
                               (Instituto Español de Bioneuroemoción)
                             Facilitadora Internacional CMR (Liberación de la Memoria Celular) 
                               (Cellular Memory Release)
                             Anatheóresis (Psicoterapia Regresiva Perceptiva)
                              (Transpersonal Anatheóresis Madrid)

              
                             www.centroelim.org           Telf.  653-936-074




miércoles, 20 de junio de 2018

Inducción al Estado Regresivo Anatheorético (IERA)


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IERA (Inducción al Estado Regresivo Anatheorético) es una relajación simple pero  profunda en la que induce los ritmos theta  para realizar las sesiones regresivas.
La diferencia fundamental entre el método empleado por Anatheóresis y el que emplea la hipnosis en general, es que el paciente no pierde la consciencia en ningún momento —por tanto puede salir cuando quiera de dicho estado— y además no genera amnesia posthipnótica.

Dicho estado se consigue mediante una relajación profunda, al llevar al sujeto, a la banda de ondas cerebrales theta. Banda relacionada esencialmente con el Hipocampo (Sistema Límbico), y por tanto con la mente emocional.
Los estados con ritmos theta en la vida de un adulto, solo se producen naturalmente en la transición entre el sueño y la vigilia y entre el ciclo dormir-soñar.
El estado hipnagógico cuando vamos a dormirnos y al comienzo del ciclo dormir-soñar y el estado hipnopómpico cuando estamos despertando y al final del ciclo dormir-soñar.

Al situar al sujeto en dicho estado, se consigue fundamentalmente que se produzca una sincronización hemisférica.

Esta sincronización,  es esencial para poder buscar y sacar a la luz de la conciencia, aquello que le dañó en su día, y que le sigue dañando en la actualidad.
En dicho estado, el sujeto, no solo es capaz de visualizar, sino de vivenciar -ver y sentir- las situaciones que le provocaron los impactos traumáticos.

Los Drs. Elmer Green (descubridor del biofeedback) y Alice Green, encontraron que la banda theta, está asociada a un estado profundamente interiorizado con un aquietamiento del cuerpo, permitiendo entonces que imágenes o eventos emerjan a la conciencia en forma de memoria hipnagógica. (Green, 1989)

Básicamente lo que se produce es un estado de relax, de pasividad tranquila,  de no pensar. Este estado de conciencia abierta, contemplativa, que  permite ver sin estar centrado en un punto determinado.  Y  un estado de concentración, cuando surge algo que el sujeto interpreta como decisivo, donde concentra toda su atención y energía.
Las ondas Theta, son las que se encuentra en los estados de meditación (hay estudios hechos en yoguis, meditadores muy experimentados con más de 30 años de práctica, que logran entrar en la banda theta,  en un estado altamente gratificante, con una mente mucho más clara, más creativa, más abierta y enlazada al inconsciente).

En dicho estado, el sujeto no pierde la conciencia, por lo que su mente racional sigue activa aunque muy atenuada, lo que es necesario para poder procesar, que las emociones implicadas en las situaciones anteriores, son análogas a las que sufre en el presente y que finalmente son las que le producen las distintas disfunciones.

Básicamente lo que se ocurre en dicha situación, es una armonización hemisférica, donde lo emocional surge y lo racional comprende. Comprendiendo de forma visceral, metabolizando lo entendido, sintiéndolo.

Comprender, en definitiva, es saber -sintiéndolo con la mente y con el cuerpo-, siendo ya eso que se ha comprendido. Joaquín Grau

El psiquiatra Charles Stroebel, descubridor de la sincronización cerebral., constató que nuestro cerebro enfoca las tareas cotidianas funcionando con un cerebro lateralizado, y así percibimos la realidad de forma escindida, pero al alcanzar el estado de sincronización, usamos el potencial de los hemisferios unificados, lo que supone una mayor capacidad cerebral, una visión distinta del mundo y la apertura de una forma diferente de pensamiento. (Stroebel, 1983)

No existe hipnosis profunda, por tanto nada se le impone a la persona, ni este genera amnesia poshipnótica -esencial en la terapia anatheorética-, puesto que es primordial que la persona reconozca a la luz de la conciencia, los impactos traumáticos emocionales inducidos por las situaciones concretas que ocurrieron en su vida.

También es necesario que el paciente no pierda la conciencia, porque el terapeuta debe mantener con él un diálogo  Anatheorético, que es un diálogo con la mente emocional del paciente, respetando las características del hemisferio derecho.


Libro ''Tratado teórico-práctico de Anatheóresis. Las claves de la enfermedad'' (J.Grau, 1996).





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