En el Centro Elim
(Roquetas de Mar- Almería) efectuamos tratamiento terapéutico anatheorético a
las personas interesadas en recibir la terapia indistintamente de la dolencia
que padezca.
Anatheóresis no cura
enfermedades, sino que cura a enfermos. De ahí que cada paciente es una
biografía que debe tratarse individualmente. Tu caso eres Tú, porque Tú eres tu
enfermedad. Por ello, es preciso hablar
contigo, no con tu enfermedad -que es lo
que suele hacerse- para conocer tu caso.
Algunas
características inherentes a la técnica Anatheorética:
- Por
ser una terapia psicológica, Anatheóresis no utiliza fármacos. Se sirve tan
sólo de un estado de conciencia especial denominado IERA (Inducción al Estado
Regresivo Anatheorético), que equivale a una simple relajación en la que el
paciente no pierde la conciencia. Por el contrario, se mantiene perfectamente
lúcido, siendo en todo momento dueño de sus actos.
- Su
duración no es inferior a una hora y media. Y si exceptuamos la primera sesión,
en que hay una larga entrevista con el terapeuta en vigilia y luego se somete
al paciente, ya en IERA, a un anatheorético Test de Grandes Símbolos con
resultados altamente significativos para la marcha de la terapia, las restantes
sesiones se inician con una dilatada charla paciente-terapeuta en vigilia a la
que sigue la sesión en el estado IERA, buceando en los daños del paciente para
irlos disolviendo mediante estrategias propias de la terapia Anatheóresis. Por
lo demás no se trata de una terapia larga.
Las
sesiones son semanales.
¿Cómo
actúa?
Con la relajación
especial (IERA), así como con una
dialéctica paciente-anatheorólogo de claves también especiales, se puede
acceder a la zona abisal de la conciencia y hacer que el paciente vivencie su
biografía oculta (sus daños/CATs) para que así, extrayéndolos de la oscuridad
de los ritmos bajos cerebrales donde se han formado y donde se encuentran, se
hagan presentes en la zona luminosa -o sea, capaz de discernir- de los ritmos
altos beta. Y así, al vivenciarlos y comprenderlos se disuelven. Aunque a veces
es preciso un complemento terapéutico de conversión de esos CATs ya
comprendidos.
De hecho la comprensión, que no es un simple entender, se produce
cuando los dos hemisferios cerebrales que todos tenemos lateralizados -casi
enfrentados uno contra el otro, siendo uno el de los ritmos bajos y el otro el
de los ritmos altos-, se sincronizan en fase. Y esto es lo que permite la
comprensión, siendo la comprensión una toma profunda de conciencia de nosotros
mismos. Algo que nada tiene de misterioso y que ahora la neurociencia conoce ya
muy bien.
¿Cómo
se forman los daños/CATS?
Desde que somos
concebidos nuestros órganos de percepción van pasando por distintas fases hasta
alcanzar los ritmos cerebrales beta maduros. Así, en una primera fase, vamos
ascendiendo perceptivamente desde una memoria prácticamente celular hasta el
mundo altamente emotivo y con lenguaje simbólico de los ritmos cerebrales
theta. Y desde el cigoto hasta esos ritmos theta nuestro mundo es subjetivo,
nosotros somos el mundo, un espejismo que se rompe al pasar de los ritmos theta
-que marcan la frontera de los ritmos lentos o bajos- a los ritmos beta, que
son los que crean la objetividad.
Así pues, los daños
que vamos recibiendo desde el momento de ser concebidos -daños emocionales que
nos llegan de la madre, aun cuando sea otro el causante- se integran en nuestro
mundo subjetivo de ritmos bajos. E integramos también las respuestas reflejas
de defensa que creamos ante ellos. Y los daños que recibimos pueden ser
múltiples: rechazo continuado de la madre al saberse embarazada, tristeza,
agobio, etc., también continuados de la madre por razones que pueden ser ajenas
al embarazo, disputas matrimoniales, un parto patológico o simplemente daños
por anestesia, por pérdida prematura de agua amniótica, por inmovilizaciones
del feto en el conducto de nacimiento, sentimiento de soledad del bebé en la
cuna, etc. Y estos son los daños -Cúmulos Analógicos Traumáticos (CATs)- que al
llegar a los indicados siete a doce años el ritmo beta de vigilia sumerge en la
banda baja de nuestra percepción “olvidándolos”, lo que no significa que dejen
de existir. Porque esos daños, desde su infierno de oscuridad viva, forman el
guión que luego, ya adultos, seguimos interpretando y esa oscuridad viva, esa
biografía ahora oculta que contiene nuestra topografía de daños -que son la
raíz de nuestras enfermedades- es la que en un momento dado puede estallar
somatizando. Y a esa somatización, es a lo que se le llama enfermedad. (Joaquín
Grau- Anathéoresis Madrid))
En cuanto a las
contraindicaciones, diremos que Anatheóresis nunca daña, pero un anatheorólogo
poco experimentado sí puede dañar no sanando al enfermo, en tanto que otro
anatheorólogo experimentado sí habría sanado.
Consultas Presenciales / Consultas por Skype
Juana Ma. Martínez Camacho
Terapeuta Transpersonal
(Escuela
Española de Desarrollo Transpersonal)
Especialista en
Bioneuroemoción
(Instituto
Español de Bioneuroemoción)
Facilitadora Internacional
CMR (Liberación de la Memoria Celular)
(Cellular Memory
Release)
Anatheóresis
(Psicoterapia Regresiva Perceptiva)
(Transpersonal
Anatheóresis Madrid)
www.centroelim.org Telf. 653-936-074
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